lunes, 29 de junio de 2015

SÍMBOLOS DE LA VIDA 2

SÍMBOLOS DE LA VIDA (2)

Flor de la Vida: La forma más común de representar la ‘Flor de la Vida´ corresponde a figura geométrica  en un patrón hexagonal formado por círculos, donde linealmente la periferia de cada uno está dentro de una circunferencia y en su 3D aparece dentro de una esfera, cuya estructura final queda compuesta por diecinueve círculos completos del mismo diámetro entrelazados e insertados visibles, junto con treinta y seis arcos circulares parciales, todo ello rodeado o insertado dentro de un volumen circular amplio o circunferencia mayor.

Los diecinueve círculos completos pequeños de la figura se solapan creando patrones radiales simétricos similares a flores. Este motivo y muchos semejantes han sido empleados desde la antigüedad y en muchas culturas del mundo como patrón ornamental para decorar toda clase de superficies.

La parte primordial de la flor de la vida nace de la semilla de la vida, visualmente asignada al círculo central, junto con los seis círculos adyacentes alrededor, donde la voluntad activa, el positivismo, la concentración, el control y la orientación de la actividad, se desarrolla en medio de la tranquilidad interna que promueve el agradecimiento por la vida.
Éste ordenamiento de los círculos representa una serie de figuras derivadas o inclusas que entre ellas se encuentran la Semilla de la vida, el Huevo de la Vida, el Árbol de la Vida, el Fruto de la Vida, todos íconos que incluyen y se relacionan ya sea con los Sólidos Platónicos, el Cubo de Metatrón, la Media Áurea y con todas las demás manifestaciones de la geometría sagrada.

La figura de “La Flor” es la misma encontrada en la pared en el templo de Abydios en Egipto.  Al ser referida como “La flor de la Vida”, ella debe contener dentro de sí, la imagen de la semilla, que como indicado, es el círculo central, junto con los seis círculos alrededor de ella.

En caso de superponer un mapa dentro de la escala correcta con la Flor de la Vida, todos los sitios sagrados, monolitos, etc., se sentarán en el centro de las seis extremidades fundamentales
Cuando se superponen las imágenes del árbol de la vida y la semilla de la vida encajan como una llave.

Por su parte, la mayoría de las personas están familiarizadas con el diagrama conocido como “Árbol de la Vida” cuyo origen tradicionalmente se relaciona con la Cábala y la tradición Hebrea, pero en realidad su origen es mucho más antiguo.

Árbol de la Vida

Su representación al igual se incrusta y asimila a la Flor de la Vida. Se trata de un concepto metafórico con una descendencia común, y cuyo motivo es utilizado en varios mundos teológicos y filosóficos.

Históricamente ha sido adoptado por algunos Cristianos, Judíos, Herméticos y paganos y junto con la Semilla de la Vida, forma parte de la geometría sagrada ya que es de algún modo, un paralelo al ciclo de un árbol frutal. Esta relación es explícita una vez las dos formas son superpuestas sobre las demás.

El Árbol de la Vida es ampliamente reconocido como un concepto dentro de la cábala (Kabbalah), que lo utiliza para comprender la naturaleza de Dios, acompañada por la explicación de la manera en que él creó el mundo a partir de la nada.

Los cabalistas desarrollaron éste concepto dentro de un modelo completo de la realidad, al usar el árbol para representar un ‘mapa de la creación’ o su cosmovisión. Algunos consideran que el Árbol de la Vida de la Cábala, corresponde a la descripción mencionada en el Génesis 2:9.

Vale aclarar que el árbol de la vida tiene doce puntos y no diez, siempre ya que siempre hay dos puntos más ocultos o visualmente sobrepuestos.

Es considerado por algunos estudiosos, como un símbolo mágico de la geometría sagrada, ya que contiene antiguos valores religiosos que por siglos han representado las formas fundamentales asignadas al espacio y al tiempo.

En este sentido es una expresión visual de la conexión de los tejidos de la vida a través de todos los seres, y se cree que contiene un tipo de registro akásico de la información básica que comporta a todos los seres vivos.

Se afirma entonces que todas las figuras han sido derivadas de la Flor de la Vida y que ellas representan las más eximias y específicas creencias espirituales de la humanidad.

La Flor de la Vida guarda un secreto latente mediante el cual, cada observador puede llegar a la vertiente de la matriz causal, la cual crea, expande y desarrolla absolutamente todas las manifestaciones de vida dentro del infinito universal. Todo es, existe y nace a partir de esta vertiente.

Cada célula contiene tal información de la perfecta memoria universal de armonía y plenitud, capaz de revertir y transmutar todo proceso de deterioro o desbalance vibración de manera.


Igual, ciertas culturas la han considerado como la representación de la fuente de todo lo que existe, ya que guarda un íntimo secreto mediante el cual, el observador puede llegar a descubrir el patrón más importante y sagrado del universo, por permitir dar acceso a todo lo existente en el cosmos.

En el sistema básico de diseño, le es posible contener cualquier estructura de forma molecular o inclusive, cualquier estructura unicelular viviente. En resumen participa de la vida de cualquier material o criatura existente. Por tanto, una vez definida la escala correcta con la matriz de la visión, se asentarán los centros y se derivarán las formas a sus extremidades.

Su estructura resulta ser muy coherente, pues a menudo integra patrones conocidos, tales como: la denominada ‘Matriz de sesenta y cuatro tetraedros’, lo cual gráficamente se muestra como una rejilla que a su vez contiene un Cubo-octaedro (en verde) figuras que al solaparse, revelan una estrecha relación, por ser el símbolo ancestral que se muestra en 2D, aun cuando representa, una estructura geométrica en 3D, que igual, forma un perfecto equilibrio entre sus vectores en el espacio.

Vale aclarar que cualquier representación plana de la Flor de la Vida, no corresponde a una real versión de la estructura tridimensional, pues al colocar esferas alrededor de cada uno de los tetraedros de la matriz conformada de sesenta y cuatro tetraedros, el resultado final apreciable es la Flor de la Vida en 3D.

El científico Nassim Haramein, ha trabajado con Geometría Sagrada y por supuesto con la Flor de la Vida durante tres décadas y ha mostrado el modo como éste patrón es de vital importancia para intentar comprender la estructura del vacío cósmico e incluso, para dilucidar el fenómeno de la gravedad y hasta su directa relación con la masa.

La Flor de la Vida y la Geometría Sagrada se han encontrado siempre en todo el Universo, y ahora la física moderna, se acerca al conocimiento cultivado por culturas ancestrales que dejaron codificadas sus enseñanzas en símbolos, manuscritos y monumentos para ser develados en la posteridad.

Un artículo de Nassim Haramein, titulado: "Gravedad Cuántica y la Masa Holográfica", describe la fuerza de la gravedad de modo discreto y cuantizado, al utilizar para su medición la distancia de un Plank, esto es, la vibración más corta del espectro electromagnético que hoy es posible medir, puesto que su nano-dimensión responde al tamaño de un fotón de luz.

Otra manera de comprender dicha medida por medio de la geometría del espacio, es la que utiliza el indicativo del "tamaño del mínimo pixel" o el más minúsculo corpúsculo conocido del que está compuesto el universo es decir, utiliza la distancia de un Plank, el cual, según la física cuántica, mide 1.616 x 10 a la potencia de -33 centímetros, cuya representación matemática es así: 0,000000000000000000000000000000001616 cm.

La distancia del Plank es tan diminuta, que si se lograra que cada mini unidad de Plank se convirtiera al equivalente en tamaño a la de un grano de arena, entonces, un simple protón que tiene 10 a la potencia de 40 unidades de Plank en relación a su superficie sería mostrado como: 10000000000000000000000000000000000000000, lo que significa que al ser ampliado, su tamaño llegaría a abarcar desde la superficie del planeta tierra hasta llegar a la estrella Alpha Centauri, localizada a 4.37 años luz de distancia.

La clave a la hora de organizar estas súper-mini oscilaciones del vacío cósmico, no es convertirlas en mini cubos, como pretenden hacerlo ciertos científicos usuarios de la teoría estándar, sino convertirlas en mini esferas, tal como lo hace el Universo en todas sus escalas. Empero, si se pusieran estas esferas una al lado de la otra, entonces dejarían una serie de espacios o agujeros entre sí.

Por tanto, para que se pueda generar una topología correcta del espacio-terreno, habría que rellenar completa y perfectamente el espacio. La única geometría que puede lograr esto y que causa una interacción de ondas que genera un entramado con una forma recurrente de pétalos o de pequeñas vescica piscis, que se forman para completar los espacios, allí donde los círculos no se solapan, cuyo patrón de diseño así montado, genera una Flor de la Vida en tres dimensiones de tipo esférica y perfecta.

Como se indicó, curiosamente el patrón de la Flor de la Vida ha sido codificado desde hace miles de años, como símbolo en múltiples civilizaciones ancestrales y su imagen se ha encontrado en las más diversas partes del planeta.

Otro es el caso del ‘cristal tetraedro de sesenta y cuatro caras’. Igual, se puede echar un vistazo a un sinnúmero de ejemplos para ver lo fehaciente de esta afirmación. En primer lugar, otra vez Haramein muestra las sesenta y cuatro esferas presentes en la matriz, donde la disposición de dichas esferas es de una belleza exquisita y demostrada, aun cuando en la imagen plana sólo se cubren parcialmente, más con la debida atención es posible imaginar su volumen.

Es así como la imagen de La Flor de la Vida puede encontrarse en todas las religiones principales del mundo. Contiene los patrones de la creación tal como se infiere salieron del "Gran Vacío Cósmico". Todo ello está hecho a partir del Pensamiento Creador, pues en esencia contiene una serie de símbolos secretos a través de los cuales se puede descubrir el patrón más importante y sagrado del funcionamiento del universo.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel García Vanegas.
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ETIQUETAS: Flor de la vida. árbol de la vida, cubo de Metatrón, geometría sagrada, hologramas, fractales, Yantras, mandalas, laberinto, espiral, Mer-ka-bah, sólidos, perfiles, figuras, poliedros regulares, sistemas, ordenamiento, energía, vibración, entidad, existencia.



martes, 16 de junio de 2015

SIMBOLOS DE LA VIDA (1)


SÍMBOLOS DE LA VIDA (1)

“La geometría sagrada permite comprender la unidad de la vida y encontrar el origen común de lo que acaece entre los diversos sucesos entre sí”. Dennis Hebron.

Flor de la vida

Es el nombre genérico moderno que se ha dado a una mítica y mística figura geométrica compuesta por múltiples círculos superpuestos  que muestran un diseño uniforme de modo que se arreglan para formar un patrón tipo flor que conlleva una simetría multiplicante.

Para algunos, cuenta con siete o más círculos del mismo diámetro intersecándose de modo que se superponen con la condición que el centro de cada círculo se encuentra en contacto con la circunferencia que aglutina de los seis círculos más próximos, asociada con la semilla de la vida.

En algunos casos la representación de los círculos circundantes puede parecer que no se encuentren completamente dibujados y por tanto, visualmente la Flor de la Vida aparece compuesta de círculos y arcos-lentes.

Se supone que esta figura está cercana al más excelso símbolo de la geometría sagrada, ya que corresponde a una representación eximia de las formas fundamentales que han sido impresas por cuenta del tiempo y el espacio.

Se cree que en su conformación contiene los bloques básicos de construcción de la vida en el universo y asimismo, representa tanto la fuente de toda vida, como de su total interconectividad.

La flor de la vida contiene toda la información sobre el origen y tránsito de todas las formas de vida que se acomodan en campos de energía alrededor de los cuerpos que se acoplan a la geometría sagrada. Cuando se activan los campos de energía en forma concreta, se crean campos de fuerza energética que se pueden usar para viajar entre dimensiones y cumplir el proceso de ‘ascender’.

El símbolo de la flor de la vida, fue llamado así por que simboliza un árbol que a su vez contiene una flor, la cual a al mismo tiempo contiene una semilla o fruto, que de manera sucesiva contiene al árbol. Igual la alquimia hace uso de los componentes de la flor de la vida como una parte fundamental de su obra.

  
Semilla de la Vida

La ‘Semilla de Vida’ está formada por siete círculos que en la realidad son esferas que disponen de una simetría séxtuple, que conforman un patrón de círculos y de lentes, diseño que actúa como el componente básico de la estructura de la Flor de la Vida.

Simboliza  los siete días de la creación en la que el Creador Judeo-Cristiano[1] donó la vida y cuyo primer paso comienza en un punto que se amplía a un círculo plano donde la formación de la Semilla de la Vida y la Flor de la Vida en armonía, comienzan con el desarrollo de un círculo simple representado en un modelo plano de 2D, el cual, en un siguiente paso gira sobre su eje hasta formar una esfera para así crear un modelo de 3D.
Según algunas creencias religiosas, el primer paso en la realidad es su propia derivación hacia la 3D, pues la construcción de la semilla de la vida, ha sido el resultado de la creación del octaedro por un divino ‘Creador’.

Dice la tradición, que la conciencia creadora existe dentro del punto, pasa al círculo y llega a la esfera, para consolidar la otra única cosa física que existe que es la membrana de la esfera en sí.

Éste primer paso de la evolución, no debe ser confundido con el primer día de la creación, pues se cree que ese primer día, en realidad sólo corresponde a la formación de la Vesica-Piscis o ‘vejiga del pez’ en latín que es el símbolo derivado de la intersección de dos círculos de mismo radio los cuales se intersecan de tal manera, que el centro de cada uno toca el centro de la circunferencia del otro.

De esta forma, consolidada la dualidad, a continuación vino la creación del Trípode de la Vida soporte de la existencia; al siguiente día, fue seguida por una nueva esfera agregada para hacer su estructura auto-soportante y así se agrega una nueva cada día subsiguiente, hasta alcanzar las siete esferas que conforman la constitución de la Semilla de la Vida, esto acaece sucesivamente hasta el sexto día de la creación. El séptimo día, entonces corresponde al día de descanso: ‘Sabbath’ o ‘Shabat’, según lo pregona la cábala.

Narra la historia que a través de la interpretación geométrica, en el siglo XIII, un grupo cabalista francés tuvo éxito, al dividir con cierto orden el alfabeto hebreo, por medio de la Semilla de la Vida. El alfabeto resultante fue notablemente similar al descrito por el sabio religioso Rashi (Rabbi) quien escribió para aquel momento, comentarios al respecto del antiguo testamento.


Huevo de la Vida
A partir de la creación de la Semilla de la Vida, el mismo movimiento del vórtice actuó para crear la siguiente estructura conocida como el ‘Huevo de la Vida’.

Esta estructura, forma la base para permitir el desarrollo de la música, ya que las distancias entre las esferas, resulta idéntica a las distancias entre los tonos y los medios tonos propios de la escala musical.

Su forma también resulta idéntica a la estructura celular que se aprecia en la tercera división embrionaria multicelular, que aparece durante la primera hora de su formación, una vez que la primera célula se divide en dos, luego pasa a cuatro células y luego a ocho.

Si se crean más y más esferas, se acaba construyendo la estructura llamada la Flor de la Vida. Así, el símbolo del Huevo de la Vida, se asemeja a la forma de un embrión multicelular en las primeras horas de la creación.

Por lo tanto, ésta es la misma estructura que se aplica al continuar su desarrollo para crear por ejemplo el cuerpo humano y todos los sistemas de energía, incluso los utilizados para crear la Mer-ka-bah o puerta dimensional, como elemento primordial de la continuación de la vida.

Fruto de la Vida

Es otro símbolo asociado es el llamado esta vez compuesto por trece círculos o sistemas informativos que operan a partir del diseño de la Semilla de la Vida, en donde cada uno explica un aspecto complementario de la realidad que el Fruto de la Vida y conlleva el plano del universo, ya que contiene la base para el diseño de cada átomo, la estructura molecular, para dar forma a la vida, así como todo aspecto válido en la existencia.

Cada una de las trece esferas describe o explica de manera pormenorizada algún aspecto de la realidad, ya que integra todo cuanto se pueda ver, pensar y sentir, por ser considerado la fuente del universo
Estos sistemas son capaces de dar acceso a todo lo que va desde la conformación del cuerpo humano hasta la más compleja e intrincada galaxia. En el primer sistema, por ejemplo, dentro de su estructura es posible crear cualquier expresión molecular o cualquier formación celular viviente que pertenezca al universo.

Conforma pues, la división del embrión, la misma que al desarrollarse, crea el cuerpo humano y todos los sistemas de energía que lo acompañan.

Su estructura constituye la base geométrica que sirve de soporte para la delineación del Cubo de Metatrón, Pues al conectar los trece círculos por medio de líneas se forma el símbolo de dicho cubo, el cual pone en manifiesto la conformación de los sólidos platónicos, ya que en su seno se proyectan las cinco formas tridimensionales a estas figuras asociadas que contienen en sí mismas el germen invisible de toda realidad tangible, pues en su interior existe condensada toda la información del universo.

El centro de cada círculo es considerado un ‘nodo’ y cada nodo está conectado con otro nodo por medio de una línea simple, lo que al final crea un total de setenta y ocho líneas que forman el tipo de cubo denominado de Metatrón que al contener los ‘Sólidos Platónicos’ y éstos en todas sus combinaciones posibles, crean la totalidad de las estructuras existentes en el universo.

El cubo de Metatrón fomenta la creación de las leyes de la perspectiva, por ser la fuente que inspiró el modelo astronómico de Kepler usado por Galileo y perfeccionado por Copérnico para finalmente establecer el marco de la mecánica universal que planteó Newton.

Es posible además asociarlo con el color blanco iridiscente y con los colores oro y bronce, aun cuando  su color es también una manifestación de la oscuridad aterciopelada de la nada.

El Cubo de Metatrón es por tanto, un símbolo derivado del concepto general de la Flor de la Vida, que se utilizó sea como un círculo simple o como un círculo de contención de la creación. Todo para llegar a la unidad donde se tiene que encontrar la integración.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
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Autor: Daniel García Vanegas.
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ETIQUETAS: Geométrico, geometría sagrada, hologramas, fractales, Yantras, mandalas, laberinto, espiral, Mer.ka-bah, sólidos, perfiles, figuras, poliedros regulares, sistemas, ordenamiento, energía, vibración, entidad, existencia.







[1] Génesis 2:2-3, Éxodo 23:12, 31:16-17, Isaías 56:6-8





martes, 9 de junio de 2015

GEOMETRIA SAGRADA 4


GEOMETRIA SAGRADA (4)


La espiral es otra de las formas del lenguaje de la luz que siempre recuerda que en la naturaleza y en el universo mismo, ella aparece como una presencia constante. Se trata de una de esas formas innatas que se encuentra en muchas partes, desde ciertas plantas hasta en las galaxias y pasa evidentemente, por las conchas que se recogen en las playas. Además, todos los cuerpos geométricos que han sido señalados anteriormente, de hecho se complementan con la figura de la espiral.

Esta imagen constante no escapó a la observación de los antepasados que la mezclaban con su medio natural; con base en dichas formas y apariencias, hicieron signos, al crear un lenguaje simbólico en toda regla, lo que les permitía realizar una fácil intercomunicación entre ellos e incluso comulgar con la naturaleza.

En toda Europa se han encontrado megalitos, esos bloques de piedra monumentales erigidos en el neolítico, sobre los que ya se grababan espirales. Es de suponer que al dibujar en su lápida sepulcral este símbolo, mostraban un fenómeno corriente en la naturaleza, ya que de esta manera demostraban la apreciación de contemplar una creencia en el más allá y en la vida eterna, siendo efectivamente la espiral, la figura que muestra un movimiento evolutivo sin fin. Es más, se podría decir que en la espiral se resume plenamente el símbolo de la evolución.

Secuencia de Fibonacci [1] Fue Leonardo Fibonacci el matemático italiano que introdujo y popularizó el sistema de numeración hindú-árabe, también llamado ‘sistema decimal’ en Europa. Él contribuyó en gran medida con la teoría de números, y durante el trascurso de su vida publicó muchos textos importantes. Hoy es más reconocido por la serie de Fibonacci o la serie numérica que se encuentra reflejada con frecuencia en el mundo natural.

 La secuencia es una figura sagrada digna de considerar en éste análisis. Acontecimientos biológicos como el arreglo de las hojas en el tallo, los conos del pino, la ramificación de los árboles, la floración de las alcachofas, las espirales de semillas en el girasol, los caracoles o piñas, el número de machos y hembras en una colmena de abejas, son algunos de los múltiples ejemplos de la aplicación genérica de la mencionada secuencia de Fibonacci que está ampliamente presente en el funcionamiento de la naturaleza.

La espiral de Fibonacci constituye por tanto, un ejemplo clásico. En el año 1202, Fibonacci publicó un libro titulado "Liber Abaci", en el que incluyó varios problemas y métodos algebraicos. La bien reconocida espiral, denominada ‘sucesión de Fibonacci’, aparece constantemente en las manifestaciones de la  naturaleza. Esta secuencia se forma al sumar sucesivamente los dos elementos anteriores de la serie matemática que parte del cero, es decir: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144…

Es notable además que al dividir cualquier número en la secuencia de Fibonacci con el anterior, por ejemplo, 55/34 o 21/13, la respuesta es siempre cercana de 1.61803, cuya constante se conoce como la ‘Proporción Áurea’.

Una de las actividades más profundas y significativas incluidos dentro de la geometría sagrada y concerniente a la Fuente Luminosa, corresponde a  la ‘Espiral Áurea ', derivada del uso de la Proporción Áurea.

La espiral une todos los cuerpos geométricos y los hace viajar en el espacio, por tanto, cada sólido es una nave de conciencia.

Hoy se reconoce que por lo menos se generan dos espirales: una femenina que permite recibir información del cosmos y otra masculina que proyecta la energía para abarcar toda presencia de vida, allí donde se encuentre. Una apunta hacia abajo, ya que es receptiva y la otra es proyectiva, pues apunta hacia arriba.

La proporción áurea o dorada fue utilizada en el diseño de edificios sagrados en la más antigua arquitectura para producir esa energía espiritual pretendiendo facilitar la conectividad con los reinos espirituales a través de la oración.

Cada realidad tiene su propia estructura y de hecho, la vida resulta aún más estructurada. Esto refleja la naturaleza en forma de geometría. La geometría es la base misma de la realidad coherente gobernada por leyes que no se ven. La proporción áurea gobierna y se encuentra inmersa incluso en las formas de vida de menor proporción Pues bien, la espiral aurea es de naturaleza cósmica y no tiene principio ni fin mientras la espiral de Fibonacci, comienza en un punto determinado y luego se une en el espacio con la espiral áurea.

En los círculos de cultivos (Crop Circles) se observan los considerables patrones mostrados como resultantes del aplanamiento de los cultivos, los mismos que han aparecido en diferentes partes del mundo y que en su conjunto siguen el patrón supremo de la ‘Flor de la Vida’. Muchos creen que estos círculos de cultivos han sido creados por extraterrestres, lo da lugar a la creencia que estos impactantes conceptos geométricos, se relacionan con formas de vida superiores de carácter alienígeno.

La pirámide, en realidad no es otra cosa que una espiral logarítmica materializada en un sólido tal como la piedra. Ella es la evolución de la forma en caracol del zigurat y de la pirámide escalonada. Esta relación pirámide-espiral, ya fue comentada por H.P. Blavatsky, quien afirmó que estas construcciones no son meras resultantes de un dictamen caprichoso, sino que obedecen a precisos cálculos orientados al servicio de una numerología sagrada.

 La forma piramidal contiene en su seno el movimiento del torbellino ascendente de las ondas energéticas que se mueven hasta el vértice de la pirámide.

En cuanto a las construcciones piramidales, dice Alberto Chalela[2] que dicha forma representa uno de los conceptos más elevados de perfección y equilibrio, pues refleja la conexión del universo cósmico con plano físico, lo que recuerda la armonía que debe regir entre el conocimiento de las cosas y la materia, ello para alcanzar el valor evolutivo elevado que le corresponde a cada forma, ya que éste elemento se convierte en una especie de antena resonante frente a las frecuencias que absorbe, convirtiéndose en un amplificador de energía, capacitado para transformar la energía cósmica en toda una gama espectral de la luz que se recibe desde el espacio exterior y que luego, se irradia.

La comprensión de la geometría como una parte fundamental de la existencia no es nada nuevo, de hecho la proporción dorada y otras formas de la geometría sagrada se aprecia incrustada en muchos de los monumentos antiguos que aún permanecen. La gran pirámide de Guiza, la más antigua de estas estructuras, es un ejemplo. La altura de esta pirámide está en función de Phi en su base. De hecho, la geometría de esta estructura particular, es mucho más precisa que la que se encuentra en cualquiera de los edificios modernos actuales.

Esto explica por qué entre formas espiritualmente significativas populares, son las pirámides y las cúpulas, la base de los edificios religiosos, ya sea de mezquitas, iglesias o una sinagogas. Este tipo de construcciones particulares, son emisores de energía; ya que son formas producen un tipo de onda penetrante portadora del sonido, que actúa tal como lo hace una frecuencia de radio. La cualidad vibratoria que ofrece la proporción áurea es muy fuerte en cuanto a sus propiedades de comunicación, pues facilita la resonancia de la oración.

En algunos casos, el material de la construcción piramidal tiene un gran contenido de cuarzo, lo cual les convierte en inmensos osciladores, que generan energía positiva que a la vez se trasmite como una gran fuerza equilibrante del planeta. La misma, tonifica y vitaliza los elementos que se encuentran en su interior e inclusive retardan el tiempo de oxidación.

También la estructura corporal sigue el desarrollo de Fibonacci. En la proporcionalidad, también aparece en las relaciones entre altura y ancho de los objetos y se hace manifiesta en la representación de personas que aparecen en las obras de Miguel Ángel, Durero y Da Vinci, entre otros, donde las partes corporales de los seres humanos y de los animales se expone; tal es el caso de la relación entre la altura de un ser humano y la altura de su obligo o la relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos o la relación entre las articulaciones de las manos y los pies.

Inclusive para no ir tan lejos, como el ADN (ácido desoxirribonucleico) mecanismo rector de todos los organismos vivos, tiene forma de espiral.

Ahora bien, desde las edades más antiguas, el hombre ha creído que el Ser Superior ha basado la creación del universo en un plan geométrico. Esta creencia está respaldada por la ocurrencia que conlleva una asombrosa consistencia presente en los patrones en la naturaleza.

La sagrada geometría y sus respectivas proporciones matemáticas, ratios y armónicos, se encuentran en la naturaleza, luz, música, cosmología, etc. El patrón geométrico del que proviene toda la creación es el representado en la Flor de la Vida. Ese ícono que se manifiesta en toda realidad física, en los pensamientos, en las emociones y en muchos más aspectos, pues contiene los sistemas informativos que ofrecen acceso a cada realidad, incluso desde la esencia del cuerpo humano, hasta las más vastas galaxias cósmicas.

Esta es la denominada ‘Red de ascensión del planeta’ creada para que la tierra pueda resonar a una frecuencia más alta y elevar su estado de conciencia hacia un nuevo escalón en la evolución.

Las tres columnas representan la trinidad de las polaridades. Masculino a la izquierda, femenino a la derecha, e intacto al centro. Asimismo se pueden ver los mandalas en estos espacios y observar qué área llama más la atención del observador y si está en algún sector o resalta algún color.

La columna central es la ‘creadora’ y se refiere a lo intacto. Pasa desde el octaedro, el aire o respiración de Vida, hacia la esfera para iniciar el proceso donde el vacío es el inicio de la creación y conlleva la espiral como signo de la continuación de la vida. Equivale al cuerpo calloso, que vincula el lado izquierdo y el derecho del cerebro.

Lo intacto llega a la vida por medio de su primera manifestación al respirar, y así lo hará toda la vida corporal. De allí que al observar la respiración, aparecen los indicios del estado de ánimo, sean carácter lento, pausado o veloz y agitado.

La columna izquierda corresponde al componente masculino de la consciencia, el lado izquierdo del cerebro, donde las caras del cubo y del tetraedro son la manifestación en la Tierra, la razón y la lógica. La columna derecha que contiene al dodecaedro y el icosaedro es asociada con el componente femenino de la intuición, la consciencia y la creatividad, mientras las caras de los poliedros son el triángulo y el pentágono. En términos de la conciencia de la tierra, la columna derecha es el complemento o elemento faltante.

Por su naturaleza de carbono, el hombre ha desarrollado el lado masculino de la conciencia de la Tierra, mientras ahora trata de completar el componente femenino para lograr el equilibrio. Los patrones geométricos y las estructuras se consolidan como fuente de vida. Una sola consciencia está detrás de toda la creación. Todas las formas de vida emergen desde los atemporales patrones geométricos y los códigos donde está oculta la Flor de la Vida, esa maravilla basada en el conglomerado de los principios regentes que acompañan la Geometría Sagrada.

Ya sea en las matemáticas, en el arte, en la música o en los diseños naturales y arquitectónicos, ya se encuentran inmersos una infinidad de patrones comunes de organización funcional, que son parte del reconocimiento de la evolución consciente.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
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Autor: Daniel García Vanegas.
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[1] https://youtu.be/PpteAZuVpjo
[2] blog Reflexiones PF235

martes, 2 de junio de 2015

GEOMETRÍA SAGRADA 3


GEOMETRÍA SAGRADA (3)


“No miremos atrás en enojo, ni hacia adelante en miedo… sino que miremos a nuestro alrededor en consciencia”. Lillen Val Van de Wall.

Resulta difícil hablar de geometría sagrada sin dar un lugar especial a las manifestaciones más sublimes del ser humano: los mandalas tibetanos, los yantras hindúes y los laberintos de la región europea, estos últimos que se incluyen tradiciones establecidas en Francia, Inglaterra y Escocia.

Los mandalas responden a una configuración geométrica de inspiradora perfección muy recurrente en el arte religioso del budismo tibetano, al igual que en el hinduismo. En sánscrito, la palabra significa ‘rueda’ y el primer registro que se conoce para este término aparece en el texto del Rig Veda. Ésta clase de figuras fueron las que más apasionaron a Carl Gustav Jung en su estudio del comportamiento humano, al punto que se convirtieron en parte esencial de su exploración sobre las características de la mente arquetípica del ser humano.

Los mandalas más comunes incluyen la figura de un círculo contenido dentro de un cuadrado y a partir de ahí se desdoblan en un sortilegio de matemáticas sacras. Sin embargo, en todas las formaciones mandálicas se evidencia una simetría geométrica, existen mandalas con los más múltiples estilos. Como era de esperarse, las manifestaciones más exquisitas de esta clase de figura, son cortesía de la naturaleza, entre ellas algunas flores con sus estructuras sincronizadas o latentes en el imperdible diseño del iris del ojo.

El mandala representa las fuerzas cósmicas que actúan dentro un ámbito arquetípico como una suerte de opciones del lenguaje celestial. Por éste motivo es utilizado para fijar la observación y la elevación del estado de conciencia, mediante representaciones visuales ligadas a experiencias interiores, pues proporcionan un medio que por excelencia, permite llegar a estados mentales que proceden desde afuera hacia el centro.

Sus representaciones figurativas corresponden a los denominados psicogramas que en sí, constituyen proyecciones de contenidos espirituales cuya clave hay que reconocer mediante elementos iconográficos, aparecen al emplear una imagen o un instrumento que invite a que el pensamiento meditativo logre encontrar el camino del Yo Interior para realizarse en él.

La meditación es una habilidad que se ha practicado desde la antigüedad. Se trata de la relajación de su cuerpo, la mente y las emociones como una forma de liberar la conciencia con un enfoque claro y centrado sobre lo que el observador elige.

Aunque la mayoría de los enfoques de la meditación se hacen con los ojos cerrados y un ambiente tranquilo, también resulta útil emplear la vista y el sonido con el fin de lograr ciertos propósitos específicos, como por ejemplo, sentir las profundas vivencias expresadas por las formas geométricas sagradas. Algunas técnicas de meditación han utilizado asociadas durante siglos, el canto del mantra, mientras se admira fijamente a la forma.

Bien, los mandalas consisten en sistemas de estructuras geométricas ensambladas que crean un conjunto de estímulos y representaciones de colores y formas de modo que actúan en la percepción del observador como una fuente concentradora y generadora de energía que brinda inspiración.

Son una clase de despertador que lleva al observador hacia grados de conciencia superior y que actúan como puertas de conexión con el más allá. Envían estímulos sensoriales a la mente, efecto que hoy se conoce como ‘espectro subliminal’.

El mensaje pasa a través de la visión hacia los receptores del cerebro en donde se procesa y allí se obtiene una reacción de actitud positiva, de recuperación de autoestima y de liberación de miedos o angustias, pues su estímulo desbloquea emocionalmente y genera una gran cantidad de cambios internos.

Esta posibilidad parte del uso de la estructura geométrica que de forma arquetípica, adquiere el constante cambio y evolución, así como atiende las infinitas posibilidades que tiene el caleidoscopio del universo, para dar la sensación de traslado o de participación en un viaje multidimensional que termina por preparar la mente para estar centrada o expandida ante nuevos conocimientos.

En en consecuencia, para que el observador llegue a nuevos grados de conciencia que sobrevienen como producto de su avance en las escalas de reflexión y energía. En resumen, una vez que la mente capta el estímulo visual, entonces lleva a cabo los procesos de cambio correspondientes.

Los Yantras son símbolos visuales hindúes que representan arquetipos cósmicos de la arquitectura del espíritu puro. Se trata de un término sánscrito del prefijo yan: ‘concepción mental’ o instrumento, dispositivo y herramienta de la imaginación, la visualización, la memoria, la creatividad y la concentración.

Sus estructuras muestran ciertas representaciones geométricas complejas, que representan los diferentes niveles energéticos del cosmos multidimensional, propios de la consciencia que son personalizados bajo la forma de una deidad y/o del cuerpo humano, como una réplica micro-cósmica del macrocosmos.

En la práctica, los Yantra hindúes son lineales, mientras que los mandalas budistas son bastante más figurativos. Por tanto, es a partir del uso de ejes cardinales, como se suelen sectorizar las partes o regiones internas de ambas representaciones.

El laberinto corresponde a un elemento que juega un papel fundamental en las proyecciones de la psique humana, a partir de la búsqueda que utiliza al arquetipo como guía. Son formaciones geométricas que manifiestan una entrada-salida y un centro. Pueden estar simplemente impresos en el piso e invitar a recorrer su superficie, o pueden incluir muros que protegen sus trazos o rumbos y en consecuencia obligan al caminante a encontrar su única salida. Diversas catedrales y sitios sagrados de Europa incluyen un laberinto, entre ellos la Catedral de Chartres, ubicada a unos cuantos kilómetros de París.

Se dice que tras largas peregrinaciones durante las cuales los devotos iban preparando su mente, su cuerpo y su espíritu para una conjugación final que sería catalizada como una especie de epifanía mística, los visitantes tenían como destino final la consumación de su camino en el plácido andar de estos laberintos. En éste sentido es importante recordar que la verdadera salida del laberinto está en llegar a su centro.

La escalera representa el movimiento permanente de energías que circulan, las cuales se inter-penetran, se fecundan, se transforman y se regeneran permanentemente, tal como sucede con el ciclo del agua en la Tierra o al transitar el largo del eje vertebral por donde circulan de arriba abajo y de abajo arriba las energías primordiales representadas por la kundalini, cuyo ícono es una serpiente o un dragón que en sí, controla la vida y la muerte.

Tal es el caso de la energía kundalini que sube y baja verticalmente por medio del fluido espinal, a través de la columna vertebral de modo que atraviesa todos los chacras y en su proceso alimenta el cerebro y modula su actividad evolutiva para de esta forma condicionar el estado de consciencia activo.

Mer-ka-bah, palabra original hebrea significa rueda, carroza o el trono de Dios. Su conformación es de naturaleza completamente geométrica, ya que se trata de una geometría sagrada que en ella se encuentra el núcleo u origen de toda forma contenida en la creación.

Este campo es extremadamente complejo de describir, pero se sabe que se extiende a través de
todas las posibles dimensiones y universos paralelos, y puede quizá modificar su propia naturaleza hacia otra clase más apropiada. Se sitúa alrededor del cuerpo como una red de conexiones geométricas y tridimensionales, En algunos casos está en reposo, esperando el momento apropiado para ponerse en movimiento.

Por su parte el denominado cristal Mer-ka-bah está tallado en forma de pirámides entrecruzadas y se interpreta como la unión de corazón, mente y cuerpo. Su forma[1], plasmada en las modernas enseñanzas esotéricas, muestra que la Mer-ka-bah es presentada como un vehículo inter-dimensional bajo una forma isométrica que está compuesta por tres tetraedros estrella superpuestos, los que se integran uno sobre otro, de modo que al observarlo o dibujarlo, se aprecia su volumen como una sola unidad.

Cada uno de los cuerpos de las tres sub-formaciones, está compuesto por dos tetraedros simples, uno que apunta hacia arriba que es considerado masculino o tetraedro sol; y otro que apunta hacia abajo que es femenino o tetraedro tierra.

Igual tiene una clasificación y una dirección de movimiento dinámico. El primero de ellos es dextrógiro y femenino; el segundo es levógiro o en contra de las manecillas del reloj y es masculino. El tercero es neutro y no gira, se mantiene como detenido en su eje. Este conjunto conforma un tetraedro múltiple en estrella.

Su naturaleza es cristalina y geométrica; la interrelación de estos campos en el universo provee orden y armonía a su estructura. La forma humana irradia en su totalidad éste campo desde el momento cuando comienza la concepción.

Grave error resulta de la creencia de que existe sólo un tetraedro estrella y que éste posee dos tetraedros simples (femenino y masculino) que giran en sentido contrario. En realidad son los tetraedros estrella completos los que giran.

La sabiduría y comprensión de estos campos fue entregada a la tierra hace más de trece mil años a través de la geometría sagrada. Este campo de luz se llama Mer-ka-bah o vehículo de rescate; se accede al mismo a través de llaves geométricas específicas: la estrella pentagonal, tetraedro, octaedro, dodecaedro y demás comandos de velocidad que aceleran o desaceleran dicho vehículo.

La Mer-ka-bah corresponde a un estado de conciencia, el mismo que debería haberse alcanzado desde hace miles de años; mediante esta sagrada geometría, pues se entiende que el Ser es uno con el movimiento y con el todo y por consiguiente, el todo es uno consigo mismo.

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Fuente: Mi libro: “UN SENDERO A LONTANANZA”.
Registro de Propiedad Intelectual DNDA: 10-427-242
Autor: Daniel García Vanegas.
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ETIQUETAS: Geométrico, geometría sagrada, hologramas, fractales, Yantras, mandalas, laberinto, espiral, Mer.ka-bah, sólidos, perfiles, figuras, poliedros regulares, sistemas, ordenamiento, energía, vibración, entidad, existencia.




[1] Simon y Sue Lilly (2008). Cristales. Blume. ISBN 978-84-8076-756-9